domingo, 24 de enero de 2010

ME HA MATAO

Me ha matao,

me ha matao,

este toro me ha matao.




Arrastrando va un pingajo,
le sigue el reguero de sangre,
le sigue hasta una enfermería.
Lo dejan en una cama,
cuneta de muerte llena.
Todo el albero del coso
flota en un charco de vida.
Dos días de gritos pútridos,
dos días de sangre infecta,
dos días en que la parca,
disfruta el olor a cieno.
La muerte de nadie es digna,
no es digna de nadie la muerte,
no es grata ninguna elegía
como Lorca graznó un día.
“Granadino” fue el verdugo,
granaíno, fue el poeta.
Qué mala follá tienen
los que tintan de rojo
sin cortarse la coleta.
¡Me ha matao, Federico!
¡Me ha matao!
¡Me ha matao, Rafael!
¡Me ha matao!
¡Me ha matao, Luis!
¡Me ha matao!
¡Este toro me ha matao!

"No se apure, maestro,
que no le llevará el toro...
lo matará la gangrena”.

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