Aquí el feliz ganador del sorteo de un auténtico trozo de guarro antes de recibir el galardón. El azar y la providencia nos condujo a que nuestro querido amigo Andrés fuera el agraciado entre las decenas de espectadores (una treintena, a decir verdad), que disfrutaron de nuestra
erección de textos encogidos.Seguiremos predicando y después de esto creeremos más en el azar y la casualidad, do quiera que vayas, do quiera que estés...
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