Se comportó como un niño
torpe
anarquista
maleducado.
Pura infancia.
Conseguía
ser el centro de atención
con sus caídas
falsas
y sus intentos vanos
de destrucción.
Al cabo
de un rato
todos
sabíamos que era una farsa…
Pura ficción.
Un pequeño homenaje de bar
a Charlie Rivel
y a su silla,
aunque él se empeñaba
en decir que era
Charlie Parker.
Pura infancia
¡Puro be-bop!
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